Miguel es un gato mestizo que vivía en las calles de un pueblo de Lugo. Llegó al santuario en el 2024.
Recibimos un aviso de unas personas que le habían visto en muy malas condiciones en la plaza del pueblo. Cuando fuimos a buscarle, le llevamos al veterinario y estuvo ingresado un par de días por una enfermedad en la boca. Tras recuperarse, le trajimos al santuario y ahora es feliz junto a los demás gatos.
Miguel es un gato un poco antisocial con las personas hasta que coge confianza, luego es muy cariñoso y le gusta mucho ronronear.