Lucas nació en una explotación en el año 2019 y llego al santuario cuando tan solo tenia 1 día de edad.
Iba a ser eutanasiado por haber nacido macho, pero se salvó gracias al veterinario al que le habían ordenado eutanasiarle.
Lucas es el segundo toro más grande que vive en el santuario. Es uno de los más cariñosos, pero muy dominante con otros de su especie. Le encanta recibir mimos de su cuidadores, por lo que siempre que los ve corre hacia ellos.