Crio es un pato mudo. Apareció en medio de una autopista de Madrid después de haber saltado de un camión. Afortunadamente, le cogieron unas chicas de una protectora de la zona y se pusieron en contacto con nosotros.
Llegó al santuario en el año 2023 y cuando llegó tenía mucho carácter, picaba a todos las personas y a los demás animales. Tras el paso del tiempo, se ha ido haciendo más sociable aunque todavía es un poco desconfiado con las personas.
Nada más llegar al santuario, encontró a su alma gemela, Georgina, una patita que también acababa de llegar. Se hicieron inseparables, pero desafortunadamente, Georgina falleció y desde entonces Crio no ha vuelto a ser el mismo.